Cuauhtémoc; visión revolucionaria.




En los albores del siglo pasado, los fundadores de lo que hoy es Cuauhtémoc, se asentaron en este punto de la geografía chihuahuense con una visión Después de poco más de un siglo, esta ciudad muestra un crecimiento urbano importante y, por supuesto, un progreso comunitario indiscutible.
Rodolfo Ornelas Chávez -descendiente de Belisario Chávez-, cuyos apuntes nutren hoy esta exposición, ha escrito: “Por el documento inicial para llegar a crear el municipio, se advierte que los fundadores se propusieron emprender la revolución socioeconómica por la cual se había tenido que luchar violentamente un decenio antes”.
Nadie ha negado la afirmación de que Cuauhtémoc es un fruto revolucionario, un producto directo de los empeños de aquellos hombres que de manera honorable lucharon por reivindicar sus derechos fundamentales frente al regimen de Porfirio Díaz. Aquí el germen de la visión que nos deja en lo que somos, aquí y ahora.
Continúa Ornelas Chávez: “La Revolución creó un proyecto revolucionario en las mentes de sus protagonistas y de algunas generaciones posteriores, que de ninguna manera tenía por que triunfar inevitablemente, pero contaba con el ingrediente fundamental de comprender todos los componentes tanto del origen de la guerra revolucionaria como de las únicas desembocaduras posibles del movimiento”.
Así que los revolucionarios, con el agravio del régimen, anhelaban otras condiciones para su descendencia, otro modo de ser, de estar, de convivir. Sentían en lo más profundo el pasado ignominioso y preveían un futuro donde las cosas serían mejores.
Era necesario derrumbar el sistema de explotación que enardecía a los revolucionarios. Había que terminar con el soporte de la explotación agraria . Cuauhtémoc nació, precisamente de la crisis de la Hacienda de Bustillos en particular, y de la crisis del sistema porfirista en general. El movimiento revolucionario veía, así, sus efectos.
Los fundadores inician su tarea: la construcción de esta comunidad, confiando en sus propias fuerzas para señalar con trabajo la ruta del crecimiento y el progreso que hoy disfrutamos.
En palabras de Rodolfo Ornelas: “Gracias a que se puso en marcha ese proyecto, la población no revolucionaria subsiguiente pudo contar con la combinación de trabajo libre y demanda propia, inexistente antes de la guerra revolucionaria, y lograr así los ingresos que siempre procura, pero con un orden social sin el despojo en contra de la clase trabajadora que hubo anteriormente. Este es el escenario planteado por la fundación de Cuauhtémoc”.
Cuauhtémoc es actualmente, sin duda, una cosecha planeada, pensada, querida y buscada por sus fundadores. Quienes aquí nos encontramos le debemos al sentimiento revolucionario mucho más de lo que le hemos reconocido. Que no se nos olvide.
Fuente documental:
“El significado histórico de la fundación de Cuauhtémoc. En memoria de Belisario Chávez Ochoa.” Rodolfo Ornelas Chávez. Cuauhtémoc, Chih., julio de 2007. Archivo de la Sociedad de Estudios Históricos de Cuauhtémoc “Victoriano Díaz” A.C.

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