Malpaso




Por: Marcelino Martínez Sánchez

El cañón de Malpaso, localizado en las serranías limítrofes de los municipios de Cuauhtémoc y Guerrero, fue reconocido durante la campaña del gobernador de la Nueva Vizcaya, don Diego Guajardo Fajardo, hacia el lejano año de 1649, cuya exploración y conquista costó la vida al caudillo rarámuri Teporaca, encontrando un lugar para levantar una localidad que marcara el límite de las avanzadas a más de inmortalizar el nombre de su terruño, la Villa de Aguilar en España y el establecimiento de una misión que luego sería conocida como la Misión de la Purísima Concepción del Papigóchic –hoy Ciudad Guerrero, nombrada así en honor al caudillo independentista.
Las expediciones y el avance misionero fijaron como ruta de tránsito hacia el Papigóchic la más corta, pero también la más riesgosa, no por sus accidentes geográficos, sino por la facilidad que presenta para el atraco, la emboscada, a lo largo del cañón de Malpaso.
Las caravanas de colonos y comerciantes hablaban de las atrocidades sufridas en su paso rumbo a la sierra o a San Nicolás de Carretas. Pero igual suerte tenían las conductas que procedentes de los minerales del Distrito Rayón transportaban el oro y la plata a Chihuahua. Al respecto, parece que son más mitos que realidades, porque el catálogo de tesoros no registra lo más mínimo en este peligros paso, aunque su nombre evoca más de trescientos años de intranquilidades para quienes por ahí habían de pasar.
Sería durante el maderismo cuando este paso obligado entra en la historia de México, el 16 de diciembre, cuando las fuerzas de Pascual Orozco atacaron la Hacienda de Pedernales, recordado con ello a los caídos de Carichic que lideraba el valiente Daniel Rodríguez y la emboscada que los rebeldes serranos propinaron al ferrocarril con tropa federal el día 18 del mismo mes, donde fue herido de muerte el Coronel Martín Luis Guzmán, quien iba en auxilio del General Juan José Navarro, autor de la masacre en Cerro Prieto, copado en Pedernales.
La toma de Guerrero el 5 de diciembre y la Batalla de Malpaso hicieron crecer las figuras de Pascual Orozco, J. de la Luz Blanco, Marcelo Caraveo, Heliodoro Olea y de todos aquellos que sostenían el movimiento armado en esta parte de Chihuahua.
Según los “Apuntes Históricos de la Revolución” de Heliodoro Olea, es importante reconocer que para el concepto estricto de revolución –el levantamiento de Bachíniva con la toma de ese lugar, suscribieron el día 20 de noviembre un acta donde acuerdan su adhesión al Plan de San Luis y la firman bajo el lema “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Esto es para que lo sepan todos aquellos que siempre están bien puestos para repetir la voz de los dominantes –no saben ni a lo que van-, los revolucionarios del noroeste eran magonistas de cepa.

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