La batalla de Malpaso

Por: Marcelino Martínez Sánchez.

La historia de la Revolución Mexicana registra la batalla de Malpaso como uno de los primeros y más importantes hechos de armas en los, inicios de la lucha armada de 1910.
Malpaso es un estrecho cañón de la serranía de Napavéchic, con una orientación oeste- este, que cubre una longitud aproximada de 4 km. a partir del puerto de Pedernales en el municipio de Guerrero y hasta Casa Colorada en el municipio de Cuauhtémoc.El citado puerto de Pedernales permite la observación física del parteaguas de la vertiente del Pacífico y la vertiente del interior, las aguas del Cañón de Malpaso escurren a la Laguna de Bustillos.
Es probable que el nombre del lugar se haya acuñada desde la Época Colonial por los guías de las conductas que transportaban los ricos cargamentos de metales procedentes de aquellos rumbos de la sierra o de quienes viajando hacia las misiones del Papigóchic o Sonora, seguían el camino real de La Purísima Concepción ( Guerrero ), sufriendo en ese lugar algún asalto u hostigamiento.
Durante la rebelión de Tomóchic en 1891, el gobierno porfirista envió una fuerza militar, para someter a los rebeldes serranos, al mando del capitán Francisco Castro, mismo que en la bitácora de campaña registra “ después de salir de Carretas, pasamos por el Puerto del Cerro del Pájaro, avanzamos por el llano de San Antonio, cruzamos el Cañón de Malpaso para llegar a Guerrero ”.
Desde 1900, diez años antes de la revolución, por Malpaso pasaba el ferrocarril del noroeste que había convertido a Miñaca en importante centro comercial y receptor del oro y la plata que iban con rumbo al Banco Minero de Chihuahua.
Como puede apreciarse, el lugar constituía un punto estratégico para encuentros bélicos, sumándose el aprovechamiento que del ferrocarril hicieron en su momento las tropas federales y revolucionarias.
Los hechos de Malpaso en diciembre de 1910, significaron mucho en la moral de los grupos revolucionarios, particularmente para los del Distrito Guerrero, porque posesionados del Cañón, la gente de José de la Luz Blanco, José Rascón Tena, Gabino Cano, Luis A. García, Heliodoro Olea, Marcelo Caraveo y con el apoyo oportuno de Pascual Orozco, el ejército federal fue derrotado apenas uno días después de la masacre de Cerro Prieto, el 11 de ese mes. Juan J. Navarro acuartelado en Pedernales decidió expulsar a los revolucionarios del lugar y salió el 16 a combatirlos, siendo derrotado en el puerto del mismo nombre. El militar solicitó refuerzos que le fueron enviados bajo el mando del coronel Martín Luis Guzmán, presentándose en dos trenes que a partir de San Antonio lo hacían lentamente, por la tarde del 18 trabaron feroz combate en lo más estrecho del Cañón, cayendo gravemente herido del coronel Guzmán, que días después moriría en Chihuahua capital. Derrotadas las tropas federales, huyeron rumbo a Bustillos, escapando gracias a la desobediencia de Blanco ante la orden superior de volar la vías.
La batalla de Malpaso alertó aún más al gobierno porfirista, que hizo llevar tropas desde el centro del país para reforzar Guerrero, que era dominado por los revolucionarios, el 26 de diciembre el ejército federal evita el enfrentamiento y rodean Malpaso, pero dos días después los rebeldes son expulsados del Cañón.


Referencias Bibliográficas:
“ Peleando en Tomóchic”. José Carlos Chávez.
“ Hechos Reales de la Revolución Mexicana” Alberto Calzadías Barrera.
“ Crónica de la Revolución ” Marcelo Caraveo.
“ Apuntes Históricos de la Revolución ” Heliodoro Olea Arias.

La batalla de Cerro Prieto

Por: Marcelino Martínez Sánchez
La dictadura porfirista caracterizada por la crueldad con que respondió a las inconformidades del pueblo, tuvo muchos aduladores que reconocieron a Porfirio Dìaz como “ el héroe de la paz”, en tanto que el pobre y analfabeta sabía por experiencia propia que la única paz que ofrecía el dictador, era la paz de los sepulcros.
El lema de “ mátalos en caliente ” lo acuñó tras la feroz represión aplicada a los rebeldes de Tomóchic y el enfermo castigo que dio a los huelguistas de Orizaba, Acayucan, Río Blanco y Cananea.
Injusticia y oprobio acumulados en minas, industrias, en tiendas de raya y el ejercicio caciquil de gobernantes que en la ciudad y el campo provocaron el alzamiento nacional convocado para el 20 de noviembre de 1910, siendo el pueblo de Chihuahua que en inmensa mayoría acudió no sólo oportuno sino con anticipación como sucedió en Cuchillo Parado, Chavarría y San Isidro.
Sabido es que el campo chihuahuense, principalmente la región noroeste fue la que más sangre aportó a la lucha revolucionaria, Chihuahua perdió lo mejor de su juventud , como pago por quitar el gobierno de abusos para las inmensas mayorías de miserables y desmedidas concesiones para la aristocrática, casta de favorecidos por el régimen.
Para el gobierno federal, lo que sucedía en Chihuahua en esos días de noviembre no eran para alarmar a nadie, concluían que se trataba de acciones desordenadas causadas por partidas de bandidos y facinerosos que las tropas pronto meterían al orden con ejemplar castigo. Memoria fatal, olvidaron la lección tomochiteca, porque en la región de Guerrero, grupos de alzados amenazaban seriamente con tomar aquella plaza. Para detener el foco de insurrección serrano, la zona militar envió con su comandante Juan J. Navarro un cuerpo de las tres armas, suficiente para eliminar a los sediciosos, efectuándose el encuentro en Cerro Prieto el 11 de diciembre de 1910, el citado lugar tenía significancia política por tratarse de una cabecera municipal y el carácter de la batalla tuvo tintes de sadismo, porque los rancheros metidos a revolucionarios fueron masacrados por el ejército porfirista, muriendo mucha gente de San Isidro; como Tadeo Vàzquez, muchos de Bachíniva y el jefe de los que provenían de Guazapares; Francisco Salido, alcanzado por el estallido de una granada. Al tomar la plaza los federales fusilaron a muchos civiles acusados de simpatizar con los rebeldes, el comportamiento sanguinario del ejército sólo sirvió para hacer crecer el coraje y la decisión porque reagrupados días después , el 18 de aquel diciembre,. los revolucionarios propinaron en Malpaso, tan contundente derrota, que el gobierno comprendió que la revolución en el norte iba muy en serio, procediendo a concentrar las tropas y fortificar las principales ciudades, prevención que de nada sirvió porque en mayo de 1911 los grupos de Pascual Orozco, Francisco Villa, Albino Frías, Cástulo Herrera, J. de la Luz Blanco, Heliodoro Olea y otros se habían convertido en la incontenible fuerza , y con la toma de Ciudad Juárez, el pueblo en armas tiraba a la dictadura.
El triunfo revolucionario en esa etapa apenas sí pudo atenuar un poco la dolorosa herida de Cerro Prieto, pero, nunca se olvidó que Madero no permitió que los dolientes del viejo Valle de la Soledad pasaran por las armas al cruel y ya prisionero Juan J. Navarro.

Hombres de la Revolución

Profr. Marcelino Martínez Sánchez.

La ocasión nos permite pasar revista a algunos de la muy larga lista de hombres que de la región del noroeste no sólo no lo dudaron, sino todo lo contrario, sabían de qué se trataba y tomaron las armas para “arrojar del poder a la dictadura ” como lo proponía Madero en el “Plan de San Luis ”. Para rabieta de los dueños de la palabra, los mexicanos que se lanzaron a la lucha en 1910 tenían sobradas razones y no era la primera vez que lo hacían, algunos eran herederos de la lucha de Tomóchic en 1891-1892 al lado de Cruz Chávez, Santana Pérez y Pedro Chaparro; en Bachíniva Heliodoro Olea Arias había sido castigado con severidad por mostrar una inquebrantable oposición al gobierno de la dictadura, y buena parte de 1906- 1907 estuvo refundido en la tinajas de San Juan de Ulúa ; y en Temósachic, Namiquipa, Casas Grandes y Janos como magonistas habían sostenido rebeliones contra el porfiriato. Quienes participaban en los clubes del Partido Liberal que dirigían los hermanos Flores Magón y aquéllos que en los últimos meses de ese 1910 formaran grupos antirreleccionistas sólo hablaban del latifundismo, caciquismo, dictadura, cientificismo, extranjerismo y antidemocracia.
Si algo importante hay qué reconocer como factor motivante en Chihuahua para el triunfo popular en la primera etapa 1910-1911, es la formidable actividad que los magonistas habían desplegado en los estados de la frontera norte, principalmente en Sonora, Chihuahua y Coahuila. Qué a nadie extrañe que en las familias de los hombres revolucionarios del 20 de noviembre de 1910 eran frecuentes las lecturas de manifiestos, panfletos y periódicos con furibundos ataques al gobierno, que sobre todo Ricardo Flores Magón le dedicaba a Don Porfirio y los suyos.
Qué los eventos de este noviembre, en la antesala del centenario, sirvan para acordarnos de los hombres de la revolución que por su valentía y legado contribuyeron en buena medida al Chihuahua y a la Patria que hoy vemos, algunos de ellos aquí citaremos :
San Isidro.- Pascual Orozco, padre e hijo, Albino Frías, Cástulo Herrera, Marcelo Caraveo y Tadeo Vázquez.
Guerrero.- Abraham González, Abelardo Amaya y Agustín Estrada.
Matachic.- J. de la Luz Blanco.
Bachíniva.- Heliodoro Oléa Arias, Julio Agustín Acosta y Gabino Cano.
Carichic.- Julián Granados y Daniel Rodríguez.
Cusihuiriáchic.- Pantaleón Bustillos.
Chínipas.- Francisco Salido y Gilberto Valenzuela.
Moris.- Nicolás Brown.
Namiquipa.- José Rascón Tena, Juan B. Muñoz y Candelario Cervantes.
Carretas.- Máximo Castillo.
San Andrés.- Muchos de la Familia Corral, como José, dorado y lugarteniente de Villa.
Chihuahua.- Guadalupe Gardea Montes de Oca, Martín, Pablo y Vicente López Aguirre.
Casas Grandes.- Rodrigo M. Quevedo.
Cuchillo Parado.- Toribio Ortega.
Parral.- Guillermo Baca y Maclovio Herrera.
Todo el estado aportó lo mejor de sus hombres y no pocas mujeres a
la causa de la revolución.

Bibliografía.-
“ Diccionario de Hombres de la Revolución en Chihuahua”
Armando B. Chávez.
“ Crónica de la Revolución, 1910-1920 ” .
Marcelo Caraveo.

2010

Por: Juan Ramón Camacho Rodríguez
Llega el año 2010; para México, año del bicentenario del inicio de la lucha independentista y año del centenario del estallido revolucionario en contra del sistema opresivo.
Durante el 2009 asistimos en el estado de Chihuahua a eventos culturales que en gran medida vienen a contribuir para el rescate de nuestra memoria colectiva. Dichos eventos no fueron sino el preludio para los festejos mayores del 2010.
El nuevo año traerá consigo una serie de expectativas y programas histórico-culturales con los cuales se pretende integrar una magna celebración nacional. El papel de los gobiernos en todos sus niveles, a través de sus respectivas dependencias –culturales y educativas-, será determinante para que el éxito corone los esfuerzos que muchas organizaciones han desplegado para que dicha celebración sea memorable.
A lo largo y ancho de nuestra entidad, la ciudadanía activa estará involucrada en el desarrollo de los eventos conmemorativos. Así lo vemos en la región del noroeste, donde comités ciudadanos y asociaciones diversas se están comprometiendo para tomar un lugar en la celebración, no solo como espectadores, sino como protagonistas.
En Cuauhtémoc, el comité regional de “Tres Siglos, Tres Fiestas” ya dio aviso, mediante los eventos organizados durante el 2008 y el 2009, de su capacidad para convocar y organizar las actividades pertinentes para los festejos.
La Presidencia Municipal de Cuauhtémoc ha determinado, a través de la Dirección de Desarrollo Social, participar como hasta el momento lo ha venido haciendo en los preparativos para la celebración. Y algo similar se espera de las alcaldías de la región.
La importancia histórica del 2010 para la comunidad en general resulta incuestionable. Se trata de un momento -¡todo un año!- para recordar y reconsiderar un pasado que nos encaminó hacia el sitio en que nos encontramos.
Por ello, la Sociedad de Estudios Históricos de Cuauhtémoc “Victoriano Díaz” A.C., también se ha comprometido a participar entusiasta y solemnemente en las actividades donde la pertinencia lo indique.
Vamos a unirnos a la gran fiesta mexicana animada por el orgullo y sustentada en la identidad histórica que nos ha dado forma a través del tiempo. Una fiesta a la que invitamos a unirse a todos los ciudadanos y organizaciones. Vamos nutriendo esta celebración, que nos hará recordar nuestras luchas como pueblo, como nación.
Que no falte, durante todo el 2010, la animación para rendir tributo a nuestro pueblo mismo, la animación para honrar la memoria de aquellos que lucharon hasta la muerte por sus ideales, la animación para hacer frente, entre todos al olvido, principal enemigo de la identidad.
La Sociedad de Estudios Históricos de Cuauhtémoc “Victoriano Díaz” A.C., desean a toda la comunidad local y regional un año nuevo que supere en satisfacción a todos los demás, y que la unidad sea la estrategia para alcanzar los propósitos.